El Liderazgo con “l” minúscula
Junto al Líder siempre hay presente otras dos figuras que resultan imprescindibles, pese a que alguno no tenga buena fama, para conseguir los objetivos propuestos:
- Los jefes
- Los líderes con “L” minúscula.
Los “jefes” controlan la complejidad cotidiana de la empresa, estableciendo prioridades y preocupándose de que las cosas funcionen. Su función es “hacer, hacer”; la gestión y la administración en su sentido más amplio. Los jefes no tienen porqué ser – afortunadamente para la organización – líderes ni siquiera con minúscula.
Pero el Líder necesita también la ayuda de otros líderes – líderes con “l” minúscula – sin los que no podría hacer llegar sus mensajes a toda la organización.
Los líderes con “l” minúscula pueden tener mando o no. John Kotter catedrático de liderazgo empresarial en la Harvard Business School, dice que uno de cada cuatro miembros de la empresa debería ser líder con minúsculas.
El perfil del líder con “l” minúscula.
Siguiendo a Juan Malaret y Jose María Rodriguez, dos conocidos autores españoles en el mundo del management, enumeramos las numerosas cualidades que atesora este tipo de líder. Son las siguientes:
- Cuenta con un buen historial profesional, para despertar la confianza en sus capacidades.
- Tiene conciencia de su propia valía, para asumir riesgos y responsabilidades.
- Se crece ante las dificultades, pues los procesos de cambio son siempre dolorosos y cargados de incertidumbre.
- Se preocupa de conocer a las personas: sus capacidades, aspiraciones y motivaciones, para tratar a cada colaborador según sus peculiaridades personales.
- Adopta iniciativas innovadoras, para ganar eficacia y eficiencia.
- Acuerda metas alcanzables con los colaboradores, pues el éxito eleva las aspiraciones y motiva a metas más ambiciosas.
- Comunica las metas con claridad y con entusiasmo, para que los colaboradores sepan lo que está en juego y conozcan el camino.
- Espera lo mejor de los demás, con realismo, porque cuando tratamos a los demás como deberían ser, contribuimos a hacerlos mejores.
- Reconoce los logros de los colaboradores, porque alienta a seguir mejorando.
- Combina la firmeza y el respeto al llamar la atención a un colaborador que no cumple los estándares establecidos, al propio tiempo que le orienta y le apoya, porque es de justicia.
- Se preocupa por formar y entrenar a su equipo, porque es quién está en mejor situación para hacerlo y en su responsabilidad.
- Tienes un interés genuino en el bienestar y en el desarrollo personal de sus colaboradores, porque son personas y tienen un valor incalculable.
- Forman parte de sus valores personales la integridad, la honradez y la justicia.
- Se esfuerza por escuchar a los demás, para conocer los problemas de sus colaboradores y prestarles el apoyo necesario.
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